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Foto del escritorSandrillaP

Perspectivas.

Actualizado: 6 abr 2023

Luego de años conociendo día a día las estrategias secretas que tiene el Sr. Lupus para mostrarse como un ser invencible y tenebroso, es innegable que me encuentro desde hace un buen tiempo en la etapa de aceptación. Quizá para alguien que hace poco se enteró de que convivirá con este diagnóstico el resto de su vida, todo lo que escriba a continuación le parecerá difícil de digerir, pues dentro del duelo de la enfermedad, el inicio es realmente duro y doloroso.


Lleva tiempo aceptar que cada día al abrir los ojos no se trata solo de levantarse de la cama y realizar de forma mecánica el cepillado de dientes y demás, sino de sentir. Al despertar abro los ojos e intento sentir cada parte de mi cuerpo. ¿Duele algo? ¿qué tal las articulaciones?¿la cabeza?... Algunas mañanas nada duele y después de ese breve escaneo en el que reconozco cada extremidad y noto que todo está bien y que me podré levantar sin dificultad, comienza mi día. En otras ocasiones, es probable que sienta algún malestar, mareo, dolor fuerte, entonces el reconocimiento de cada parte de mi cuerpo se alarga un poco. Comienzo a pensar si comí algo que no debí, si el clima estuvo frío durante la noche, si olvidé algún medicamento... después, luego de girar las muñecas, los tobillos, mover las piernas, traquear las rodillas y los dedos del pie, me levanto lentamente.



¿Aceptación o limitación?

Ambas. Por un lado, acepto lo que siento al despertar e intento que sea un buen día. La definición de "bueno" ha cambiado desde hace un tiempo. Un buen día es aquel en el que absolutamente nada me causa dolor, no hay momentos de ansiedad, el estado de ánimo se mantiene en una constante alta y al anochecer puedo anotarme un punto positivo en mi lucha contra el lobo.


De la forma en que se mire, despertar bajo la mirada del sentir podría ser limitación, sin embargo, debería ser lo usual a lo largo de la vida. Levantarse y actuar mecánicamente bajo comandos robóticos sin siquiera notar a qué velocidad palpita nuestro corazón esa mañana, si tenemos la almohada marcada en la cara, sin reparar cuál es el primer pensamiento del día, no es vida. No lo es, pero es muy común que suceda.


Dentro de la etapa de aceptación, he podido ver que los supuestos limitantes no son más que advertencias que cada ser humano debería tener en cuenta desde que nace: no abusar del sol. comer bajo en grasas, mantenerse en un peso adecuado, usar bloqueador, evitar las relaciones interpersonales negativas y tóxicas.


¿Que tenga prohibido recibir sol en exceso es un limitante porque no puedo broncearme cuatro horas en una playa o es un aspecto positivo porque evitaré el envejecimiento de la piel a temprana edad?
¿Que el lupus me impida beber alcohol es un limitante porque supuestamente no puedo disfrutar de una reunión social o es un aspecto positivo porque estoy cuidando mi salud?

Cada quien que escoja.


En el siguiente video que hice para mi cuenta de instagram menciono 5 situaciones que evito después del diagnóstico. ¿Limitaciones o aprendizaje? Cada quien, póngale el nombre que desee; para mi fue la mejor forma de aprender a vivir con el Sr. Lupus y a sentirme mejor conmigo mismo.





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