La crisis que no vi venir
Actualizado: 11 oct 2022
He aprendido a reconocer cuando algo anda mal. Fatiga, somnolencia, tristeza, dolores musculares... todo puede cambiar, de brote a brote. Pero a pesar de la pandemia, el caos mundial, las muertes cercanas por el covid 19, sentía que en cuanto al lupus, todo estaba bien. Hasta el momento, no había sido difícil permanecer aislada en casa porque mi vida suele estar allí, cuidándome del sol y viviendo con mi soledad, la cual disfruto al lado de mis perros, mis libros y mi música. Entonces, ¿qué paso?
Este cumpleaños fue diferente y sin embargo, eso hizo que lo disfrutase más. Las diferencias me gustan, así que, sería el cumpleaños de la pandemia: sola en casa pero muy feliz. La soledad no ha sido jamás un problema para mi, de hecho, me gusta tanto mi propia compañía que siempre tengo algo qué hacer y qué pensar. Me llegaron incluso detalles inesperados, me las ingenié para tomarme unas bonitas fotos de recuerdo y todo transcurrió en normalidad.
A la mañana siguiente desperté tranquila, agradecida por un año más de vida y con mil planes en mi cabeza. Pensaba en un futuro viaje, en algunos libros que de seguro compraría esta semana y puse una canción de Audioslave que siempre logra subirme el ánimo. Me levanté de la cama, me miré al espejo y me aterró lo que vi.
El ojo derecho estaba cubierto de sangre. ¿sangre? ¿será que anoche mi perrita, Violeta, que duerme junto a mi, me aruñó sin querer? Revisé el ojo, me tomé algunas fotos y noté que el sangrado era completo. Parecía uno de esos ojos tatuados que están de moda ahora. Le envié las fotos a mi hermana y me advirtió tener cuidado si presentaba dolor de cabeza. Me apliqué gotas refrescantes cada tanto, aunque nada me dolía. Lo que sí sentía, era mucho cansancio pero se lo achaqué a las emociones positivas del día anterior, que me suelen desgastar y hacer que todo duela al día siguiente.
El fin de semana, el ojo mejoraba muy lentamente, pero comencé a sentirme con mucho sueño. El miércoles, luego de una cita médica me tomaron exámenes de laboratorio. Y he aqui, la introducción a lo que se convirtió en el brote lúpico 2020.
A partir de esta entrada, comenzaré a contar lo sucedido en este brote, de esos silenciosos, como le gusta al lupus; él y sus sorpresas. Ha pasado un mes exactamente desde el día de mi cumpleaños y hoy siento fuerzas, ánimo y deseos de comenzar a contar esta nueva historia. No es color rosa, es morada.
Durante mi estancia en el hospital, escribí palabras, hice diagramas e imágenes que a partir de hoy, traduciré en textos. En un block de hojas cuadriculadas, comencé a narrar en las largas horas de la tarde lo que sucedía y ahora los dejaré aquí. Parecerá una historia triste, terrible, oscura, pero toda buena historia tiene altibajos, suspenso, emociones y estoy segura que el final podría ser impresionantemente bueno...
¿Lo averiguamos?
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