La intención de un grupo
Actualizado: 18 nov 2022
El fin de semana pasado mientras urgaba en los grupos de Facebook dedicados al lupus, me encontré un link con el que invitaban a la comunidad a hacer parte de un chat en WhatsApp en el que podríamos conversar sobre medicamentos, experiencias y otros temas relacionados con la enfermedad. Me pareció interesante la idea y de inmediato me uní a ellos. A los dos días, deserté.
El ícono de aquel grupo llamado sencillamente "Lupus", era un mensaje en color morado, con mariposas y otros símbolos que identifican esta condición. Tenía más de cien integrantes, en su mayoría mujeres de distintos países de Centro y Sur América y como siempre sucede, dos o tres personas con más tiempo y menos ocupaciones que los demás, estaban pendientes de dar la bienvenida al nuevo integrante. Luego de un breve interrogatorio en el que me preguntaron edad, país, estado civil y años con LES, una de ellas se ofreció a escucharme incluso en privado, si sentía deseos de expresarme por fuera del grupo.
Solo había pasado media hora desde el momento en que me uní, y estas mujeres, amas de casa, estudiantes, madres solteras y profesionales de diferentes edades, no paraban de hablar de lo mucho que el lupus les estaba haciendo la vida imposible. Una dijo que acababa de despertar luego de haber tenido un día en que el dolor articular no le había permitido hacer ninguna labor en casa; otra expresó que era una chica fitness pero en los últimos días, hacer ejercicio no era tan fácil como antes. Una más se unió a la conversación y envió un video de una canción, según ella, muy popular este mes en Argentina, pero que con el dolor que sentía en las piernas, la vasculitis y la dificultad para respirar, solo le quedaba escucharla porque ya bailar se le hacía un tanto difícil.
Pasaron horas y el grupo seguía muy activo. Hablaban de todo: recetas, medicamentos, el marido opresor, la familia burlona, el hijo que se fue de casa, lo difícil que es encontrar pareja que entienda el lupus, la última hospitalización, el aumento de kilos a causa de la prednisolona... de inmediato una de ellas envía una oración para los tiempos difíciles... podría seguir...
A la mañana siguiente, desde las 5:00 am recibí notificaciones del grupo. El amable saludo de buenos días, la imagen con una oración por la salud, lo difícil que fue dormir, los calores nocturnos, lo triste que es preparar el desayuno cuando todo duele, despachar los hijos al colegio y sentir dolor articular al ayudar a vestirlos... podría seguir...
Mientras leía pensaba que estas mujeres necesitan de otras, que quizá nunca van a conocer, para expresar todo lo que sienten y que en su diario vivir no pueden o no saben cómo hacerlo. Aunque esas quejas constantes comenzaron a cargarme un poco de forma negativa, para ellas es su única opción.
Cada una tiene lupus por una razón diferente pero muy relacionada con todo lo que allí contaban. Ese grupo, es para ellas una especie de salvación, la mejor forma de liberarse y ser escuchadas por otras que por tener el mismo diagnóstico, entienden mejor que aquellos que solo juzgan y dicen, "pero no pareces enferma" o "todo está en tu cabeza".
Espero que entre tanta queja, no se justifiquen; que decidan no ser victimas, que saquen sus rabias y sentimientos, pero que actúen. Que cada día, una más siga saliendo de ese grupo porque sienta que ya no lo necesita; que no es cuestión de solo quejarse sino de hallar respuestas en sí misma.
Aguanté dos días. La razón más fuerte que encontré para abandonarlo fueron las palabras. Si bien me identifiqué con muchas de sus situaciones, hace mucho, mucho tiempo decidí no ser parte de ellas.
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