Receso
Actualizado: 3 jul 2020
Ya pasó más de un mes desde la última vez que me senté con la intención de escribir sobre el lupus. Es como si, durante el mes de junio, más allá del diagnóstico, me hubiera sentido atrapada por situaciones que quitaron por completo las ganas de hacer lo que me gusta. Tomaba todos los días el mismo libro, y ayer decidí dejarlo y comenzar otro. No quiero ya terminarlo, siento que no me interesa y quizá lo retome en otra oportunidad. Me sentaba, abría el blog y lo cerraba de nuevo. Buscaba una canción que me gustaba mucho, pero al final no la escuchaba.
En las noches, solo pensaba que el día siguiente sería igual que el anterior, tal vez con noticias menos alentadoras, menos ánimos de hacer ejercicio, más ganas de comer y de llorar. 30 días o más en esta misma situación. No sé, siquiera a qué horas terminó ese mes de días sin novedad.
Al primero que le conté cómo me sentía fue a mi médico internista. La consulta por videollamada parecía más una cita con mi psiquiatra. Me escuchó e intentó mostrarme lo positivo de mi situación, pero cuando llegan los días en que todo es gris, nada logra animarme. Me puso algunos retos con tal de que en dos meses, cuando volvamos a tener consulta, yo esté mejor. Él más que yo sabe que si mi estado de ánimo no es óptimo, el lupus comienza a despertarse lentamente.
No podría decir por qué en junio y no en marzo o abril. A veces ni siquiera logro entenderme, así que, sería perdido intentar descifrar las razones. Por ahora, solo sé, que he comenzado a sentirme mejor en cuanto a mi estado de ánimo. No sé si influye la luna, la alineación de los planetas o es simplemente una crisis que pasa y ya. Lo importante, ya comencé un libro, estoy escribiendo, regresé a mis películas de terror y a mi música favorita. Me baso en estas señales. Si están presentes, se supone que todo está en calma.
Quizá necesitaba este receso, limpiar lo que sea que se haya ensuciado, tomar aire y seguir.
Alguien me dijo hace unos días que debía resistir. Que aunque vienen días duros, yo debo estar ahí. El tiempo dirá, hasta dónde llego. Por ahora, tengo tanto que sacar y poner en letras, que espero regresar a este blog y a los demás escritos que suelo guardar.
Fin del receso.
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