Uno de esos días
Actualizado: 6 ene 2021
Una de mis frases favoritas es, "hallarle lo bueno a lo malo" y no es necesario describir cuánto daño nos ha hecho este año, ni cuánto dolor nos ha causado cada pérdida personal; es obvio que la pandemia hizo de las suyas en diferentes aspectos, y aún así, cada día me atrevo a verle lo bueno. Pero hoy, es uno de esos días en que me he sentido física y mentalmente cansada.
Así, de repente, desperté triste, cansada, sin ganas de nada. Mis perros me obligaron a pararme de la cama, y debo aceptar que sin ellos, cualquier sentimiento oscuro podría ser más negro aún. ¡Es una dicha tenerlos! Me cuidan, me obligan a moverme y a sacar ánimo de algún lugar. Por ellos, salgo a caminar, desayuno y almuerzo; solo comen cuando yo como, así que no podría tener un día de esos en que simplemente se decide no levantarse, porque ellos pagarían las consecuencias. Sin embargo, hoy no quería hacerlo. Por unos minutos, en mi cama, sin que nada importante hubiese pasado, estaba triste. Hubo un par de lágrimas y ante ellas, Violeta se acercó y se echó a mi lado, como si pretendiera acompañarme y sanar cualquier sentimiento que me agobiara. Casi a las diez de la mañana decidí desayunar, y de la misma forma, ellos fueron a sus respectivos platos y comenzaron a comer. Su compañía y complicidad es tan perfecta, siempre están ahí. A pesar de eso, seguí triste.
¿Es esto normal?
El lupus, al igual que otras enfermedades autoinmunes, presentan en algunos momentos estos altibajos de emociones; pudo ser un recuerdo, un pensamiento, una imagen o una escena que me desequilibró por un buen par de horas. Y ya que entiendo este punto de mi enfermedad, comprendo también que si dejo que estos sentimientos sigan por más minutos, físicamente se refleja en dolor muscular y articular, dos de las cosas que más me molestan y evito.
Que en el lupus el paciente viva con dolor articular, no debería ser normalizado. Por eso, pongo mi empeño para que nada me suceda porque se supone, "es normal sentirse así". Dentro de la parte emocional, sentirse triste es muy frecuente, pero es en momentos como este, en el que debo poner en práctica tanto texto, tanto consejo y tanto video informativo visto durante horas.
Le envié un audio a mi hermana contandole la forma en que me sentía. Ya estaba doliendo todo. ¡Todo! Quizá quien no tenga lupus no lo entenderá, pero en este caso, la palabra "todo" se aplica de manera literal. Ella, mi médico de cabecera, me entendió y me dio ciertas ideas sobre qué podría haber sucedido. Luego de escucharla, encontré las posibles razones. Aunque no veo noticieros, es imposible no enterarse de lo que sucede mediante las redes sociales; maltrato animal, asesinatos, suicidios y accidentes de tránsito, todo esto en un solo día. Increíble cómo lo negativo, lo triste y lo oscuro repercuten en el organismo, pero de la misma manera, lo bueno, lo positivo, lo alegre, trae vida y ayuda a reparar cada célula.
Al sentirme así tenía dos opciones: quejarme el resto del día, seguir llorando y atraer un par de dolores más, o contagiarme con urgencia de imágenes, música y momentos que actuaran como antídoto a estas emociones acumuladas, muy posiblemente, desde el día anterior.
Hoy fue uno de esos día en que tuve que parar, descansar un instante y sanar por mí misma lo que intentaba causarme daño. Necesité de un formateo para recargar el resto de día sin recurrir a más medicamentos. Sí, es posible lograrlo, pero para ello se debe entender por qué sucedió. El poder de la mente es enorme y en cada uno está, usarla de buena forma.
Conozco gente que se lee mil libros de autoayuda, los tienen todos en una biblioteca y comparten frases que parecieran ser su bandera de vida. Sin embargo, ante una situación de tristeza, se derrumban. Se vale estar triste pero también se vale tener inteligencia emocional. La teoría por sí sola, no sirve de nada.
¿Qué hacer ante la tristeza?
Si es necesario, llorar.
Aceptar y reconocer que se está triste.
Recordar cuál es el propósito de vida, aquello que motiva a vivir.
Mantenerse activo: ya sea por medio del ejercicio, en un paseo con los perros.. lo que sea, que logre subir el ánimo.
Mantenerse activo en actividades que den felicidad. como leer, cantar, dibujar, tejer...
Mantenerse socialmente activo, a pesar de la pandemia. Las videollamadas son una buena herramienta.
Ir a psicoterapia. Sí, los psiquiatras son necesarios. ¡Nada de verguenza!
A mi me funcionan estos 7 pasos e intento que del primero al tercero, el tiempo sea mínimo. Entre más corto, menos dolor.
Hoy fue uno de esos días; lo importante es evitar que se vuelvan frecuentes. Que sea uno de esos días, está bien, pero que sean más los buenos días.
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